Es por ti que veo ríos
donde sólo hay asfalto.
Es por ti que hay océanos
donde sólo había charcos.
Es por ti que soy un duende
cómplice del viento
que se escapa de madrugada
para colarse por tu ventana.
Es por ti que no hay cadenas
si sigo el ritmo de tus caderas.
Es por ti que rozo la locura
cuando navego por tu cintura.
Es por ti que soy un duende
cómplice del viento
que se escapa de madrugada,
que se escapa de madrugada,
que se escapa de madrugada,
para colarse por tu ventana.
Y decirte...
Tus labios son de seda,
tus dientes del color de la luna llena,
tu risa la sangre que corre por mis venas,
tus besos la tinta de mis versos,
que siempre te cuentan.
Oh, oh, oh...
Es por ti que veo ríos
donde sólo hay asfalto.
Es por ti que hay océanos
donde sólo había charcos.
Es por ti que soy un duende
cómplice del viento
que se escapa de madrugada,
que se escapa de madrugada,
que se escapa de madrugada,
para colarse por tu ventana.
Tus labios son de seda,
tus dientes del color de la luna llena,
tu risa la sangre que corre por mis venas,
tus besos la tinta de mis versos
que siempre te cuentan.
Oh, oh, oh...
Oh, oh, oh...
Oh, oh, oh...
Oh, oh, oh...
Que siempre te cuentan.